Querido supuesto destino:
No voy a mentirte, nunca creí en tu existencia. Pero te
escribo esto porque, ya que cada persona que me rodea suele referirse a ti cuando
algo me ocurre he pensado que debería decirte un par de cosas para dejar las
cosas claras.
Primero ante todo decir que me parece ridículo echarte las
culpas de las cosas que solo tenemos culpa nosotros mismos y nuestra
conciencia. ¡Con qué facilidad uno se
rinde alegando tu nombre en vez de luchar por lo que siente! Parece que actúas
como bálsamo para aquellos que no son capaces de aceptar que las consecuencias
vienen de actos propios. ¡Como si por asegurar que todo pasa porque tiene que
ser así, curase las heridas o se aceptasen las batallas perdidas! ¿Qué ridículo
suena no crees?
¿Y eso que dicen de que es imposible evitarte, que estás
escrito desde antes incluso de nuestro nacimiento y que sólo podemos aceptarlo
y convivir con ello? ¡Menuda reflexión más estúpida e incoherente! ¡Claro que
es imposible evitarlo si nos dedicamos a aceptar que tienen razón y que
existes! A mi juicio tengo que decirte que me niego a aceptar que no soy dueña
de mi vida y mis consecuencias. Y si está escrito desde hace tiempo cada paso
que voy a hacer en un futuro, me niego a aceptarlo y quedarme de brazos
cruzados. Existes porque pareces ser necesario
para ciertas personas. No asumas el papel de ser divino que no tienes.
Sinceramente pienso que yo soy la que te está escribiendo,
por cada decisión que tomo o abandono, por cada pelea que gano o pierdo. Por
cada puerta que abro o cierro.
Así que déjame decirte que, por mucho que cada vez que
caiga o me tropiece con la jodida piedra de la que tanto hablan y que parece que
soy incapaz de ver, nunca será por tu culpa. Solamente seré yo, siendo tan
cabezota como siempre intentando mejorar algo que hace tiempo que está
perdido. Seré yo aprendiendo de errores que duelen.
No te atrevas a llevarte ese mérito.
Besos, una chica que
aborrece tu nombre.
ME ENCANTAAA!! ERES UNA ARTISTA ESCRIBIENDO ENSERIO!
ResponderEliminar