A este chupito invito yo

Síguenos en Twitter

29/3/13

No siempre son buenos días.

Que no puedo escribir sobre amor, me dicen. Como se nota que no te han visto sonreír alguna vez.
¿Basta con esa frase para callar bocas o necesito un texto enorme para que decidan que es suficiente?
Qué fácil es hablar cuando el corazón no está roto ¿eh? Esos te quieros susurrados, las frases dedicadas a momentos que solo de pensarlo sacan sonrisas... que fácil es explicar algo cuando uno es feliz. Cuando está lleno, ya sabéis a lo que me refiero.
Ahora, decide escribir cuando tengas el estómago echo un puño y ese instrumento que tantas veces he tenido que reparar, roto otra vez. Intenta explicar ese cúmulo de decepción, tristeza, anhelo y esa sensación de sentirse un completo gilipollas en unas frases. Ojalá sepas sacar toda esa mierda de dentro nada más sentarte y decidir que vas a lograrlo. Porque yo, a día de hoy, todavía no soy capaz de hacerlo. Me gustaría verte ahí sentado, cuando en tu cabeza tenga ese enrollo de pensamientos y sentimientos que difícilmente es uno capaz de separar y analizar. Y, que conste, no estoy hablando solamente de un desamor, por favor no todo gira alrededor de eso. Y ahora me diréis ¡pero si es lo único de lo que escribes!. Pobre del que no sepa leer entre lineas y solo vea una escena con frases bien escritas.
Como se nota que no tengo un buen día ¿eh?
Podría escribir sobre amor, pero eso es tan efímero que no me daría tiempo ni a terminarlo.
Escribir sobre derrotas es algo más complicado, pero te aseguro que para escribir sobre ello tendría tanto tiempo en este blog que podría colapsarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario