A este chupito invito yo

Síguenos en Twitter

28/5/14

Tengo guardados bajo este vestido todos los besos que te he robado desde que apareciste.

Te he visto y desvestido
tan rápido 
que una vez juré verte desnudo
aun cuando seguías vestido.
Esta disonancia que estás creando
lleva tu nombre inscrito
en cada titubeo que tengo
y cada palabra que escupo.
Porque ya ni siquiera callo
desde que aprendí a ser sincera
una noche de sofá contigo.
Te he ido desconociendo
cuando más conseguía comprenderte,
y es ese vaivén de dudas
que se cuelan bajo mi falda 
los que hacen que me tiemblen las piernas
por cada quizás que callas
y yo sin embargo escucho.
Es ese sinsaber 
de mí,
de ti,
de mí contigo
el querer verte cuando te has ido
el hablarme cuando no he llegado.
Y es hoy
mañana
y ayer
y quizás nunca
o tal vez siempre.

6/5/14

Este baile es para mí.

Esto es el borrador de la despedida que debí sangrar hace demasiado tiempo.
Pero dime como podía hacerlo, si mis manos habían dado por perdidas las palabras y mis labios habían llorado su muerte para no tener que pronunciarlas nunca.
Pero esta sonrisa rota está cansada de bailarle el agua a su propio cementerio.
Ha empezado a coserse el costado sola con todos los silencios que violó para no dejar de asomarse (incluso cuando el sol dejaba de hacerlo).
Y está más real que nunca, ahora que pertenece a sí misma.
Supongo que este pecho se ha cansado de regar las flores que decoraban este idilio entre la soledad y el olvido.
Me pregunto por qué el sinónimo de cansado es roto, luego veo los hilos que cuelgan de mis brazos y lo entiendo.
Podría coserme una vez más pero no tendría hilo suficiente (eso de reutilizar lo intenté una vez con el corazón y fue toda una masacre) y he optado por dejarlo al aire.
Escuece pero ¡eh! está sanando (en algunas veo ya las cicatrices).
Debería darle las gracias a más de una sonrisa por su apoyo...
se de sobra que en primavera todo es más que nunca.
Lo cierto es que más que sangrar respiro de nuevo.

Me he hecho un vestido nuevo reciclando mis antiguos versos.
 De esos que dejan la espalda al aire y el mapa de lunares a la vista para quien se apode de valiente y se sumerja en la aventura que sería llegar hasta la tinta (esa que recorre cada centímetro de mi piel, formando versos por cada caricia). Pero qué caballeroso quedaría, quien se arriesgase a besar mi nuca esperando formar un revuelo y haciendo uso de su ingenio me susurrase ahí mismo que el candado esta medio abierto a la espera de las manos correctas para quitarlo de en medio. O cerrarlo para siempre.

Vísteme de musa,
que voy a regalarme todos estos versos
para demostrarme que cualquiera puede hacerlo
y que no soy diferente al resto.

4/5/14

Amor

Vienes tarde,
porque para llegar tuviste que irte
y para irte, primero deberías haberte quedado.

Voy a matarme en estos versos
que hacen que se me corte el aire
guardados tanto tiempo
-ahí dentro, donde nadie ha echado un vistazo-
que se han quedado sin voz
de tanto gritar por ser rescatados
y han acumulado tanto polvo
que ni un soplo de aire fresco
sería capaz de limpiarlos.