A este chupito invito yo

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20/10/14

Human

Todavía recuerdo cuando me soltó que se marchaba mientras me sonreía y me preguntaba cómo me iba la tarde. Siempre intenté entender el mensaje subliminal de su sonrisa. Todo un puto idioma escondido entre esos hoyuelos, esperando a ser descifrado. Algo demasiado bueno para ser compartido, como un gran secreto que solo ella podía cargar sobre sus hombros.

A veces te miraba con la cabeza ladeada- que no era lo mismo que cuando te veía- esperando impaciente a que comprendieras lo que (no) estaba diciendo. Y yo solo podía devanarme los sesos buscando la distancia que existía entre sus palabras y las mías para poder acortarla con pasos de gigante. Pero pocas veces encontraba el consuelo que ella tanto necesitaba- aunque ahora que lo pienso, era el mío el que tanto buscaba.

Hubo momentos en que creí ver un destello, como un reflejo, pero cuando me daba la vuelta volvía a ser ella otra vez.
O más bien, lo que dejaba que vieras.
Nunca lo dijo, pero estoy seguro de que se había olvidado de tanto ocultarse.
Se había abandonado a su suerte cuando ambos sabíamos que no creía en el azar.
Un día me dijo que el peor miedo que tenía no era que los demás la olvidaran, sino que ella misma lo hiciera.
Como si fuera posible no reconocerse ante un espejo.
Al parecer, tenía razón.

Me dijo que me necesitaba mientras me daba la espalda y yo solo pude fijarme en lo pálida que me parecía su nuca en contraste con el jersey que llevaba.
Lo cierto es que lo susurró tan alto que poco tenía de murmullo.
Y sin embargo la dejé ir.
A juzgar por cómo se encogió ante mi indiferencia ni siquiera llegué a entreverla un poco- lo que es mirarla lo hacía a todas horas-.
Una noche me aseguró que se sentía opaca cuando la observaban, que hubiera preferido mil veces sentirse invisible.

-¿De verdad existe algo peor que ser consciente de que te están mirando y sin embargo saber que no están viendo nada? ¡Y ellos asegurando que te conocen!
-La gente podría mirarte y ver a través de ti como si no existieras, ¿no te parece mucho peor?
-Mejor no existir para alguien que ser alguien que no eres a través de sus ojos.

Nunca pensé que fuera por mí, hasta que no volvió.

14/10/14

Dejé de regarme y te vi morir.

Él es ese frío
que se cuela bajo tu ropa
hasta taladrar las costillas
y que aguarda, tranquilo
a que tus suspiros se vuelvan humo
y tu corazón escarcha.

Es esa lluvia
que cala hasta los silencios
y te deja fría y mojada
en busca de un poco de calor
para equilibrar la balanza
-aun sabiendo que nunca será suficiente-.

Es la sonrisa
de quien sabe lo que es perderse
porque lo ha visto en ojos ajenos
saboreando la victoria
de quien conoce el poder
de hacer de alguien escombros
en menos de lo que dura
estas líneas.

Es la quemadura que produce
el hielo de sus hoyuelos
cuando se aleja a sabiendas
que has decidido no buscarle las espaldas
-las cosquillas, es pomada aparte-
porque sabe de la necesidad que siembra
y espera, paciente,
a que florezca.