A este chupito invito yo

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26/3/14

Para mí.

Me hablas del tiempo, como si tuvieras algo que curar cuando a estas alturas lo único que falta es aire.
Y defines la primavera como un par de abejas que solo quieren sobrevolar a ras del suelo para encontrar a su capullo preferido.
Pero como voy a intentar convencerte de la sonrisa que veo aflorar en esos hoyuelos que son condena para más de un enemigo, si lo único que sé hacer es susurrar tu canción favorita para entrar en calor.
Si una vez, entre cubatas, me aseguraste que tu palabra favorita era cintura y desde entonces no hay día que no la nombre- incluso cuando aprieto los labios-.
Me pregunto si tras esos rizos que cuelgan por tu nuca siguen esos miedos de los que tanto te he oído hablar o se los ha llevado el viento. Ojalá pase un vendaval y se lleve también esta mueca triste que sobresale cuando no te veo bailar en la cocina. 
Verás, es algo complicado escribirte cuando cada gesto que haces es un nuevo verso que se escribe solo.
Eres poesía, aún cuando te niegas a formar parte de ella- y tal vez, sea esa la clave-.
Que es difícil escribirle a la persona que se encuentra delante del espejo, sobre todo cuando esta borroso.
Pero eres esa nube en calma que acaba siendo tormenta cuando menos me lo espero. 
Eres el primer día de playa, después de tantos meses sin pisar el mar.
Los primeros acordes de un piano.
Los últimos versos de un poema.

18/3/14

En primavera, las sonrisas son más sinceras.

Lo cierto es que no he vuelto a perderme,
y he dejado de necesitar señales por todas partes
para sentirme bien conmigo misma.
He regalado sonrisas que pensé que estaban en paro
y solamente esperaban el momento perfecto
para salir en primavera, donde todo es más bonito,
incluso yo.
Resulta que necesitaba abandonar las palabras
en el momento menos adecuado
para poder salvarme a mí
y qué bien me veo,
y qué bonita siento las vistas desde mi ventana
desde que todo parece ser lo más certero.
Será este sol permanente que calienta
los besos que mantenía congelados
y que están dispuestos a ser robados
cuando menos lo merezca.
O será esta sensación de plenitud
por tenerme a mi misma
cuando pensé que jamás volvería a encontrarme.
Qué maravilla, esto de la verdad y el amor
de las telas que caen y se olvidan.