Para empezar, hay que mezclar las ganas que te tengo con los
principios básicos en los que solía moverme. A continuación le añadimos las
dudas, miedos y una pizca de rencor para que vaya amoldándose la parte negativa
que a veces puede llevarte hacia la autocompasión. Después de esperar un par de
segundos, lo mezclamos con la ilusión, esperanza y tal vez (aunque dependiendo
de la persona que la realice puede añadirse o no) el poco amor que puedes tener
guardado (ojo, no es fácil encontrarlo, a veces está tan perdido y escondido
que es difícil capturarlo. Comprarlo, nunca se puede, por eso es tan exquisito).
Al remover todo en el bol puede llegar a producir una sensación de mareo (o
confusión) propia de las ideas tan diferentes y opuestas encontradas en tan
poco espacio. A continuación hay que bebérselo y disfrutar del remolino de
sensaciones, pensamientos y remordimientos encontrados y que todavía hay que
hallar. Atención: esta receta puede tener efectos secundarios según la persona
que la pruebe (por no hablar de las alergias que pueden llegar a producirse) y
no es recomendable si tiene uno el corazón débil o de poca estabilidad
emocional. Puede albergar una sensación de pesadez y tristeza si se encuentra
en un momento crítico de su vida. Se debe saber que, una vez que la pruebas, no
puedes parar hasta terminar o encontrar la solución a ese dolor.
Muy original.
ResponderEliminarPD: en mi opinión, y solo en mi humilde e ingenua opinión, creo que abusas mucho de paréntesis. Pero, eh, que como he dicho, es mi opinión...