A este chupito invito yo

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7/4/13

Ojalá pudiese manejar el reloj y convertir los minutos en horas.

Me encantaría poder dibujarte con las palabras que parecen atragantarse en mi garganta y que cuando intento decirlas, queman. Aunque la relación existente entre celebro (¿o tal vez corazón?) y mis manos no esté muy dispuesta a colaborar. Te diría todo aquello que siempre quise susurrarte cuando estabas medio dormido y que, por alguna extraña razón que desconozco, decidí posponer para otro momento mejor. Queda claro que ese momento nunca llegó, tal vez mi subsconsciente intentaba protegerme de cometer una estupidez, como parece ser costumbre. He cometido tantas... como enamorarme de tu voz. Ya no hablo de palabras, gestos o besos, solamente de ese sonido que conseguía que me temblase la sonrisa. Y aún lo consigue, aunque haga que se rompa. ¡Cuántas veces me mordí las palabras como si pensara que fueran a parecerse a tus labios! Y cuando intentaba escupirlas (siempre tuve, al menos, la intención de hablar) era tal el embrollo que formaba que ni yo misma sabía que había intentado decirte cuando acababa. Y tu me mirabas, con esa sonrisa de medio lado diciéndome con la mirada lo perdida que estaba. ¡Cuánta razón tenías! Y qué tonta era yo al no ver que tu espalda podría (a la larga) causarme más problemas que arañarla cuando gastábamos esas ganas que nos teníamos. Que parecían ser infinitas, como las promesas que decidimos hacernos pensando que no seríamos como el resto. O los planes que nunca llegamos hacer porque la rutina decidió (justo en ese momento) que ya habíamos disfrutado lo necesario uno del otro. Como cuando el pasado intentaba aplastarnos al igual que las palabras que nos decíamos cuando peleábamos. Menos mal que siempre nos gustó complicarnos las cosas y decidíamos que otro día sería el que nos arruinaría. Que pena que decidió ganar la batalla en el momento que más nos necesitábamos. Y decidí, por amor a la poca cordura que me quedaba y a los retos de mi corazón malherido, que el tiempo haría que las heridas que nos hicimos desaparecerían. Igenua como el día en que te conocí, aun sigo esperando a que el tik tok de mi reloj congele mis sentimientos y los haga desaparecer.

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