A este chupito invito yo

Síguenos en Twitter

9/4/13

Menudos necios aquellos que hablan sin conocerte.

Que podría viajar donde quisiera me dijeron, y lo que no sabían era que hacía tiempo que había comprado el billete para vagar entre tus piernas. Que ya poseía el pase VIP a tu sonrisa y que no necesitaba navegar hacia alta mar para marearme teniendo el alboroto de tu ropa y mis sábanas. Que estaba bien conocer otras lenguas... como si no entendiesen que cuando se trataba de ti, era capaz de crear nuevos vocablos en el principio de tu espalda. Y cuando me reprochaban mi poco interés en la belleza de otros paisajes me preguntaba si después de haberte visto remolonear en la cama todavía no entenderían lo mucho que me costaba independizarme de la tuya. Que no necesitaba barco que me moviese teniendo tus caderas y ya se encargaban tus besos de mantenerme siempre a la deriva. Ni tampoco un avión que me despegara del suelo durante cierto tiempo porque eso ya lo conseguías cada vez que te lo proponías. Todavía me consideraba un forastero si hablábamos de tu cuerpo y no podía evitar pensar cuando me mirabas, que tal vez no era más que un simple polizón intentando encontrar la ruta para conseguir entrar en tu rutina. Y ahora, sólo soy un nómada de tu mirada que busca encontrar en el reclamo de tu risa un motivo para dejar de ser un errante desorientado. Busco en el itinerario que decidí dibujar con mis manos en tu piel el exilio del que tantos hablan cuando pronuncian tu nombre. Acamparé entre los recuerdos que parecen empequeñecerte y callejearé entre las dudas y miedos que parecen aflorar en tu rostro cuando hablo de quedarme un día más.

Y como equipaje, solo llevaré estas palabras que solo soy capaz de admitir su existencia cuando las escribo. Las acompañaré con esta voz rota de las veces que susurré tu nombre mientras dormías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario