A este chupito invito yo

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23/2/13

Fuego y hielo.


Siempre quiso volar muy alto, tal vez demasiado. Rozar con la punta de los dedos las nubes y reírse de la gravedad. Siempre quiso ser fuego para arder y arrasar a su paso con todo lo que tocase. Que se derritiesen por ella. Quiso ser hielo para congelar corazones, para no sentirse tan fría, para no estar sola. Quiso ser de escarcha para no sentir más de lo necesario. Ser una persona que daña y no es dañada. Siempre supo que sería más fácil derretirse ante su mirada, pero las cosas fáciles nunca fueron de su agrado. Le encantaba enredar las cosas lo suficiente para que todo fuese un problema que resolver. Le gustaba congelar momentos para luego revivirlos mientras los veía arder.  Congelar sonrisas, miradas y gestos y retenerlos para siempre con ella. Calentar cuerpos en invierno y miradas allá donde fuese, hacer de cenizas la ropa que, en su opinión, a veces sobraba. Quiso descongelarse y  jugar con fuego con la persona equivocada. Lástima que se le olvidase que, una vez  que el fuego se descontrola, nadie es capaz de manejarlo.

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