A este chupito invito yo

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15/11/13

Si lo pienso mucho, dejará de tener sentido.

Como podría explicarle,
que el corazón se me hace un puño
cuando creo perderle
cada vez que la distancia
decide ponernos un muro más
de los ya creados.

Creo que me estoy desquiciando.
Pero, la verdad sea dicha, lo que tengo es miedo.
Y eso es mucho peor que las miles de locuras que puedan pasar por mi mente,
porque no va a irse.
Al menos, en demasiado tiempo.
Aunque me han contado que el tiempo es muy relativo según la persona.
Verás: cuando te tengo en frente, deja de existir hasta que te marchas y luego se vuelve infinito.
O se acelera, intentando ir al compás de mi corazón cuando me sonríes y en la lucha por ver quien se muere más por ti, creo que gana la distancia- y eso que el tema no debería ir con ella, pero siempre está ahí.
Mis inseguridades me saludan desde mi cama, al parecer me oyeron esa vez que me quejé por ser demasiado fría y- como suele pasar con las indirectas- la pilló quien no debía.
Se me olvida tantas veces que no eres yo, que me paso el día pensando la manera de hacerlo más fácil-y para variar, solo consigo complicarlo-.
Podré ser yo la culpable, no te lo niego, pero siempre intento querer de más por si algún día no tienes fuerza para ello.
Y todavía tengo que mirar dos veces para asegurarme que estas ahí.
Hay algunas costumbres que son difíciles de quitar.
Nunca aprendo, creo que es por eso por lo que siempre me siento plena.
Qué bonito es equivocarse contigo, si así consigo aprender a tenerte.
Como siempre, soy la que siempre dice de más, la de las palabras bonitas en los momentos de debilidad.
Pero no te preocupes, que yo hablaré por los dos, si tú eres más de besos que de versos no pienso protestar.
Tan solo guárdamelos para cuando me veas, que será cuando no tenga palabras
y te tocará a ti actuar.



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