A este chupito invito yo

Síguenos en Twitter

23/10/13

Ser Julio eternamente tiene sus ventajas.

Tengo un reloj interno que solo funciona cuando apareces en mi campo de visión.
Verás, es un tanto extraño explicarte, que las manecillas parecen volverse locas cuando sonríes.
Que siempre son las cuatro menos veinte cuando me miras.
Y si no eres capaz de entender lo que quiero decir es porque nunca te has acostado con el tiempo.
Yo lo hice una vez, aunque eso ya es pasado. Es bastante fácil dejarse llevar por él hasta llegar a otro lugar. 

Una vez creí estar en Irlanda en pleno invierno 
y luego descubrí que solo era yo, echándote de menos.

Y menudo frío hacía aquí dentro, en el corazón. ¿Has intentado alguna vez quitar la escarcha de uno? No te lo recomiendo. Te destrozas las manos -y las esperanzas- para descubrir después que sigue habiendo el mismo frío.

Pero como vas a saberlo, si eres mi verano constante. Incluso alguna vez he tenido que lanzarle un cubo de agua fría por miedo a que se estuviera derritiendo- como le pasa a mis ganas cuando te veo a medio vestir. Y totalmente vestido. Y desnudo. O simplemente cuando te veo-.Hasta han adelgazado mis miedos desde que tomo la dieta de tus manos en mi cintura. Y no voy a engañarte, me encanta tener a mis promesas en pantalones cortos y a mis ilusiones en pequeños vestidos veraniegos desde que llegaste. Se ven más sinceras y bonitas que nunca.  
Como mis sonrisas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario