A este chupito invito yo

Síguenos en Twitter

10/10/13

Podríamos ser Tioman, si tú quisieras.

A veces creo que me necesitas y respiro.
Porque llevo tanto aguantando el aliento por si un día te marchas poder llamarte, que se han puesto en extinción hasta mis suspiros.
Y qué pena que nadie pida protegerlos y evitar su muerte, si podrían llenarte de todas las palabras que tengo acumuladas por miedo a decir demasiado justo cuando más callo. Que unas vez desaparezcan no volverás a leerlas, y mucho menos escucharlas y qué lástima da, enviarlas a la perdición por el capricho del destino de no tenerte cerca.
Luego recuerdo que estas lejos y me obligo a sonreír- aunque ya no controlo el número de respiraciones (y mucho menos el de los latidos, que, por cierto, parecen haber decido que la lógica perdió el sentido hace un par de noches y ahora se dedican a pararse y acelerarse según les pille tu ausencia con tanta arbitrariedad que he decidido comprarme un electrocardiógrafo para poder seguirles el ritmo).
Otra pérdida más en tu nombre-que empiezan a ser demasiadas, y ya no tengo sitio para enterrarlas en mi cementerio mental sin colapsarme.

Entonces, cuando ocurre, reviento. Y lo asombroso de todo es que no se oye ni un murmullo cuando pasa. Ni siquiera el tiempo (que parece haberse puesto en mi contra una vez más) se digna a pararse unos segundos para dejarme algo de intimidad.
Exploto y por fuera parece que el día no podría ser más bonito y mi sonrisa no podría ser más sincera( con qué facilidad es una capaz de mentir si se habla de supervivencia).
Por dentro cariño, hace tiempo que arrasó la marea.

Te envío las coordenadas por si, una vez más, decides rescatarme:

24º 48' 00" en el norte de tu nuca,

10º 11' 00" en el este de tu sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario